Disfrazado de payaso
eres la Santa Vergüenza,
un muñeco que se mueve
en el circo filibustero.
Me vienen ganas de ser
la pirata que te hunde
el barco en la piscina
donde nadan tus pobrezas.
Yo te quise, Adán mío,
y quiero seguir queriendo
al adonis primitivo
hecho de barro sediento.
No me vale el risitas
de playas de chicas suecas.
Quiero al que Cleopatra
hizo rey de tantos versos.
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