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La Economía de Adán y Eva

Hoy no sé si estoy despierta

o si sueño en tu cueva.

¿Es cierto que te ha tocado

la primitiva del jueves?


Quiero ver ese boleto,

tocarlo y hasta comerlo,

morder todos los aciertos,

acariciarte con ellos.


No me digas, Adán mío,

que estoy soñando un sueño

y seguimos siendo sólo

os padres de una guerra.


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¿Necesitas dinero urgente sin papeleos? Es posible conseguirlo sin recurrir a tus familiares y amigos que seguramente te dirán que no. Además, a ti no te ape


La economía de Adán y Eva

Vas vendiendo, Adán mío,

tus opiniones sinceras

sobre todos los productos

que habitan la nevera.


¡Cuánto dices! ¡Cuánto cuentas!

¡Cuántos euros tú te llevas!


Voy sumando las ganancias

y los números marean

porque van de poco a mucho

y de mucho al universo.


Somos ricos, Adán mío,

gracias a tus juramentos

sobre esa mantequilla

untada en los buñuelos.


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Mis amantes pasajeros

Quiero descubrirte poco a poco

leyéndote en un libro a cuatro manos

que te resuma en capítulos

breves, intensos e inacabables.


Quiero descubrir todos tus gustos,

los coches viejos y los barcos

donde retas la vida en un paseo

y la vida te reta en un naufragio.


Quiero ser la isla que reciba

tu soledad andando a por mis playas

lejos del rescate que te lleve

a un crucero lejos de mis mares.


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Mis amantes pasajeros

Me disfracé de niña o de niño
o de algo que era infancia vieja
olvidando en tu risa el vestido
que compré por tener descuento.

Aquello era un largo pecado
con gorro que olía a años setenta
subido a mi cabeza loca
por haber encontrado tu cuerpo.

Aquello fue una larga noche
con un volcán entre las piernas
mientras el reloj amanecía
sin despertador para mi tormenta.

Seguro que recuerdas cada hora,
seguro que recuerdas cada minuto,
seguro que contaste los segundos,
seguro que lamentaste el adiós.

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