Mi marido es un viejo,
yo soy su flor más hermosa,
dos niñas ponen la fiesta
en un hogar miel y soles.
No nos faltan varios coches,
casas y alguna mansión,
los caballos de carreras,
un yate y un colchón.
Me acaricia con dinero,
lo toco con ilusión.
Somos la vida y la tómbola
que premia tanto amor.
Hoy le he dicho lo que quiero
y él me miró con horror
porque pensó que le pedía
un descapotable mejor.
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