Te espero, Adán,
aquí, en esta cueva
con el aire ventilando
las cortinas nuevas
y un temporal de nieve
dentro de la nevera.
Te espero, amor,
como todos los días
cuando llegas cansado
de torear la vida
y tu Eva te da
un masaje de brío.
Te espero, Adán,
con los brazos abiertos
a la noche que viene
en la cama de nardos
que hicimos un viernes.
-----------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario