Adán mío, tan querido
como fuiste eres hoy.
Ninguno ocupó tu sitio,
aunque uno lo intentó.
Pienso que fue tu fantasma
y no quiso darte voz.
La actualidad me pone
1 Me parece imposible, Eva mía, ¿eres tú la Eva del destino?; temo un engaño sin aviso, convenceme, Eva, a sonrisas. ¡En carne y hueso!, ¡yo misma!, la Eva arrancada en costilla, clon femenino de ti mismo, tu Eva siempre, Adán mío. Eres una imagen bellísima, un soplo diferente al viento, mi pareja perfecta soñada, eres mi Eva, aquella costilla. Soy... yo misma en destino a ti por Dios ofrecida dicha, felicidad tuya, tú felicidad mía; soy la primera, la prometida. 2 ¿Qué haces tras la semana? ¿Y en vacaciones no viajas? Dímelo pronto, mi Eva, pronto, saberlo me es muy presuroso. Fui a una isla cercana que de tu tierra es parte mecida por la mar brava a descansar del trabajo. En mis sueños no te vi paseando entre los castaños, ¿no buscarías la manzana?, el pecado te enamora el alma. Prefiero vivir el paraíso ido, aquel previo a ti mismo, en la caverna paleolítica que tú hiciste mi castillo. 3 ¿En un gran hotel vivirías? Es muy cómodo para dos días, un pájaro te traería al vuelo, una cigüeña con el pico mimo. Deja las cigüeñas, Adán mío, en París las quieren vivas, mi peso supera a un niño, y se les romperían los picos. Tu belleza tan cristalina yo la cuidaré en frigorífico, congelaré tu sonrisa divina para no perderla, Eva mía. Me imagino ya contigo en un hotel paradisiaco. ¿Fue por Dios él construido? Si lo fue, lo prohibo. 4 Eres diosa de los griegos, yo Adán hecho de tierra, una pirámide me falta para verte en los cielos. Dos escalones has puesto: uno crece con el desierto, otro pone billetes verdes acercándote a mis reinos. Soy un ángel, Eva mía, velo por nuevos proyectos, mi paraíso va creciendo como espuma hecha verso. ¿El oráculo te asusta? Consultaré el futuro. Si rico fueras, Adán mío Dios ha hecho buen negocio. |
Una, dos, tres,..., ¡más! La noche contó las veces que yo perdí en los números porque olvidé el álgebra al verte sin pantalones. Un quebrado me quebraba el aliento en lo cóncavo. ¡Qué lección de matemáticas con senos sobre tus hombros! %%%%%%%%% http://evarecomienda.blogspot.com/ |
Eres como un polvorón: azúcar y un hola y un adiós hasta que el cepillo de dientes se lleva al desagüe tu sabor. Regresas con el Almendro justo a tiempo para cenar al borde de las 12 uvas y adiós adiós adiós. Estás pensando en la otra y en mí y en ella y también ¡en ti!, egoísta encantador. ------------------- |