Fui a ver a mi Adán 
    y estaba ocupado
    bebiendo un rico té
    de color hierba del campo.
    Me ofreció su pocillo.
    Le dije que no aceptaba.
    Encogiéndose de hombros
    siguió bebiendo su agua.
    Cuando acabó el líquido
    le pidió a Dios el cazo
    y el Altísimo le dijo
    que no era su esclavo.
    Me dio pena su soberbia
    de hombre de puro barro,
    pero no le dije nada
    porque era fin de año.
    ---------------
    COMPRA AQUÍ té verde de Japón:  https://amzn.to/41YcFKq
  
