Su matrimonio era un accidente entre un coche viejo y una moto. Ella le ponía velocidad a la vida. Él jugaba la chatarra del coche sobre el tapete donde le ganaban el volante con un as de oros.
Amaneció sin coche y esposa y las maletas con destino Calcuta. No creía que su libro de familia estuviera roto con la firma de otro.
La vio quedar vestida de rojo, con los labios buscando los besos del amante que no escondía en los bailes cargados de luna.
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