No eras mi sueño y no era
tu sueño de mujer inacabada.
Abrías los ojos al no ver
a tu esposa adorada.
Pasara una noche lujoriosa
antes de caer en una nada.
Abrí las ventanas a la luna
y entró el azul del viejo astro.
Querías marchar de tu calvario
de árbol deshojado en un tallo.
Cerré las puertas a tus pasos
anudando las sábanas bordadas.
Quedaste, esperaste, escuchaste
el teléfono que te alarmaba.
Sabías que te llamaba ella.
Sabías que estabas en mi cama.
------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario