Me hablabas de tu mansión
y yo no escuchaba tu relato.
Pensaba en otro y no te dije
que tú para mí no eras nadie.
No quería un castillo de ladrillo
No quería parir tus siete hijos
No quería ser tu esposa esclava
No quería la cárcel de tus brazos
Yo soñaba con volar al paraíso
del hombre enamorado de mi risa.
Quería ser la musa de sus sueños.
Deseaba una casa más humilde.
Me sobraban tus alfombras turcas
Me sobraba tu ajuar dorado
Me sobraba tu chófer a la puerta
Me sobraban las doncellas eslavas
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