Algunas veces sueño contigo, Adán mío,
y me veo enganchada en el vestido
de los días incendiados con risas;
las tuyas, las mías, las nuestras.
Despierto. No estás. Me duermo
soñando con nuestro común paraíso.
¿Recuerdas? ¡Nuestro paraíso!
Crecían los árboles, cantaban los grillos
y una Eva golfa abría las cuevas
donde tú dormías la noche
del cuento escrito con manos
de niña aún niña creciendo
por los laberintos de la poesía.
Despierto y he soñado contigo
y vuelvo a tejer los hilos
de la misma historia en el paraíso.
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http://evarecomienda.blogspot.com/
y me veo enganchada en el vestido
de los días incendiados con risas;
las tuyas, las mías, las nuestras.
Despierto. No estás. Me duermo
soñando con nuestro común paraíso.
¿Recuerdas? ¡Nuestro paraíso!
Crecían los árboles, cantaban los grillos
y una Eva golfa abría las cuevas
donde tú dormías la noche
del cuento escrito con manos
de niña aún niña creciendo
por los laberintos de la poesía.
Despierto y he soñado contigo
y vuelvo a tejer los hilos
de la misma historia en el paraíso.
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