Mis deseos fueron deseos
sin llegar a ser realidades,
y comprendí que eran sueños
cuando el frío me abrazaba.
Grité, como gritó Eva
tras morder una manzana
en aquel su paraíso
que también quedó en nada.
Callé. Me encontré. Me sentí.
¡Era otra tan distinta
a la mujer soñadora...!
Era la mujer helada.
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http://evarecomienda.blogspot.com/
sin llegar a ser realidades,
y comprendí que eran sueños
cuando el frío me abrazaba.
Grité, como gritó Eva
tras morder una manzana
en aquel su paraíso
que también quedó en nada.
Callé. Me encontré. Me sentí.
¡Era otra tan distinta
a la mujer soñadora...!
Era la mujer helada.
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